Miguel Santaeulalia Núñez en el homenaje que realizó la Falla Exposición - Micer Mascó por el 50 aniversario de su primera falla en Sección Especial. Foto: Falla Exposición - Micer Mascó.
Marta Navarro. València. 19/11/23.
En el año 2016, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) nombró a las Fallas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En la tradición fallera, el fuego y el arte convergen en una explosión de creatividad, de la cuál emerge un talento destacado: Miguel Santaeulalia Núñez, un artista fallero nacido y criado en el corazón de un pueblo de Valencia, Burjassot. Nació el 3 de julio de 1943. Con sus manos expertas y su visión única, ha ganado reconocimiento como un verdadero maestro de las llamas, llevando la tradición a nuevas alturas. Ahora está jubilado pero Miguel nunca deja de pensar y plasmar ideas para representar a través de los monumentos falleros.
Santaeulalia ha conseguido capturar, durante toda su carrera profesional, la esencia efímera de los sueños a través de sus creaciones, dejando así una huella imborrable en la memoria histórica fallera.
El arte pasa de generación en generación.
Miguel Santaeulalia es la segunda generación de una saga de artistas falleros. Su padre, Salvador Santaeulalia Fitó fue el pionero en emerger en el mundo artístico valenciano.
Desde sus primeros pasos por las ruidosas calles de la ciudad del Túria, Miguel Santaeulalia Núñez se sumergió en la rica tradición de las Fallas. Nacido en el seno de una familia arraigada en la festividad, sus primeros encuentros con los monumentos efímeros encendieron la chispa de su pasión. El taller de su padre fue dónde forjó sus habilidades y comenzó a esculpir su camino hacia la maestría del arte fallero.
Debut en la Sección Especial: 50 años de trayectoria.
Comenzó sus primeros trabajos en solitario durante la última etapa franquista, “el dedo representaba el poder que emanaba del régimen franquista” confesó Miguel en una entrevista para el llibret de la comisión Falla Raval Cullera. Es el segundo artista fallero con más fallas realizadas para la sección especial. Desde que se estrenó esta sección en 1942 hasta el año de la pandemia (2020), Miguel Santaeulalia realizó un total de 23 fallas.
Sus primeros trabajos estuvieron marcados por la transición política y por los primeros pasos hacia la democracia. Santaeulalia afirmó: “fue todo un cambio ya que estábamos sensibilizados por la política después de muchos años de claustrofobia franquista”.
Entre las llamas danzantes, las creaciones de Miguel Santaeulalia han dejado una marca indeleble. En 2024 se cumplen 50 años del debut de Santaeulalia en la sección especial en la Falla Exposición - Micer Mascó (1974). El lema de su primera obra fue ‘Martiris’. Llegó recomendado por Vicente Tortosa Biosca, pintor, poeta y artista fallero que falleció en el año 1992.
Imagen de archivo de la falla Exposición - Micer Mascó obtenida en Cendra Digital.
Realizó la obra del monumento infantil de la misma falla de ese año, bajo el lema ‘Aventures’.
Imagen de archivo de la falla Exposición - Micer Mascó obtenida en Cendra Digital.
Cada obra cuenta una historia, desde las raíces de la tradición hasta la crítica sutil de la sociedad contemporánea, todo hilado con la destreza artística que solo él puede ofrecer.
Sus obras para la Falla Municipal y sus ‘ninots indultats’.
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Cada año, se lleva a cabo la exposición de ninots en el cual se exhiben los ninots de cada falla. Durante los últimos años se está celebrando en la ciudad de las artes y las ciencias y cualquier persona puede ir a visitarlo. El ninot más votado por los visitantes se proclama como ‘ninot indultat’. Para un artista fallero, que uno de sus ninots se proclamé ‘ninot indultat’ significa mucho debido a que dicho ninot no se quema como el resto, sino que pasa a formar parte del Museo Fallero.
Cada ninot es una narrativa visual, desde las raíces ancestrales de la tradición hasta la aguda crítica social expresada con maestría. A través de su habilidad para infundir vida en la madera y el cartón, Miguel ha elevado el arte fallero a nuevas alturas, convirtiéndose en un referente en el panorama de las Fallas. Miguel Santaeulalia es considerado como el primer artista que comenzó a utilizar corcho blanco en sus monumentos.
Miguel Santaeulalia ha conseguido indultar un total de cuatro ninots a lo largo de su carrera. Los cuatro los consiguió junto a la comisión Na Jordana en diferentes años. El primero fue en 1986 bajo el lema ‘Indiana Jones: a la recerca del barri perdut’. Al año siguiente consiguió su segundo ninot indultat y fue bajo el lema ‘València, mora i cristiana’. El tercero fue unos años más tarde, 1991 con el lema ‘Família japonesa: Orient i Occident’. Y, el último ninot indultat que consiguió fue en 1995 cuyo lema fue ‘Amb la poli en els talons’.
Imágenes obtenidas del archivo de Cendra Digital.
Además de realizar monumentos para comisiones de la sección especial, Miguel Santaeulalia realizó un monumento en solitario para la Falla Municipal en el año 1989. El lema de esta falla fue ‘Queridos Reyes de… Occidente’. Pero, junto a otros de sus compañeros realizó otro monumento para la Falla Municipal. Fue en el año 1997 con el lema ‘La nostra historia’. Ramón y Antonio Ferrer fueron los coordinadores del proyecto, José Puche, el mismo Miguel y José Azpeitia fueron los artistas encargados del proyecto.
Primer (1989) y segundo (1997) monumento para la Falla Municipal. Imágenes obtenidas del archivo de Cendra Digital.
Innovación y compromiso.
El taller de Santaeulalia era un santuario de creatividad, donde la magia tomaba forma. Desde el boceto inicial hasta la construcción final, cada paso revelaba la meticulosidad de su proceso creativo. La elección de materiales, las horas dedicadas al modelado y la cuidadosa selección de colores daban vida a cada ninot.
Además, no solo es artista fallero, su compromiso con la comunidad fallera se ha visto reflejado en los diferentes homenajes que le han realizado distintos gremios del mundo fallero.
Detrás del maestro de las Fallas hay un hombre que encuentra inspiración en la diversidad de la vida. Su amor por el arte se fusiona con sus intereses personales, revelando capas adicionales de creatividad que enriquecen su obra principal.
Su legado y 3º generación de artistas.
Miguel tiene cuatro hijos los cuales conforman la tercera generación de una familia de grandes artistas falleros. Miguel, Alejandro, Pedro y José han realizado también grandes obras para diferentes comisiones falleras.
Nadie puede negar el legado que Miguel Santaeulalia Núñez ha dejado en el mundo de las Fallas. Sus creaciones efímeras trascienden en el tiempo, dejando así huella en la tradición de Valencia. Mirando hacia el futuro, la tercera generación de los Santaeulalia continúan forjando sueños efímeros, desafían los límites de la creatividad y aseguran que la magia de las Fallas perdure en el corazón de la ciudad.
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