La ópera prima de la directora surcoreana-canadiense, Celine Song

Judith Masnou. Benicasim. 9/12/2023
Interior, tres personajes y una voz en off hablando. Así comienza la película que los críticos de cine apuestan que será una de las favoritas para ganar el Oscar. Inspirada en la vida de la directora, es una de las historias más bonitas del año.
- ¿Qué vínculos crees que tienen entre ellos?
- Yo diría que el tipo blanco y la chica asiática están en una relación y que el otro tipo asiático es el hermano de la chica.
- O bien, la chica asiática y el tipo asiático están en una relación y el chico blanco es el amigo americano de ellos.
La idea inicial podría ser la mítica de chico conoce a chica. Sin embargo, esta es la de dos niños que se enamoran, como lo hacen los niños, jugando y caminando juntos de vuelta a casa del cole. Sus caminos se separan cuando la familia de ella debe emigrar. Años más tarde vuelven a entablar una relación, aunque ahora ya, el amor se ha transformado.
La familia de Nora, la protagonista de la peli, tiene que mudarse. Al igual que muchas familias coreanas, las razones educativas y profesionales son algunos de los factores de la migración de hoy en día. O como también lo fue hace años la Guerra de Corea (1950-1953) donde buscaban seguridad y oportunidades en Canadá.
Y si…
La película se adentra en el concepto del “In-yeon”, de origen budista, combina reencarnación y destino para el desarrollo de toda forma de vida. Es decir, nuestra existencia presente no es más que un reflejo de otras vidas anteriores o pasadas. Así pues, si una persona forma parte de tu in-yeon, inevitablemente encontrará la forma de llegar a ti, por un camino u otro. A lo largo de la historia del cine se han representado muchas leyendas de este estilo.
Por ejemplo, “el hilo rojo”, otro de los conceptos que más películas ha tratado y está relacionado directamente con el destino. Este tiene raíces en la mitología china, y se ha transmitido a lo largo del tiempo a través de leyendas y cuentos populares. Dicen que existe un hilo rojo que conecta a dos personas que están destinadas a estar juntas, independientemente de las circunstancias y desafíos que puedan enfrentar. Estas tradiciones funcionan como forma de reivindicar el pasado de estas culturas. Los más románticos encuentran un paraíso donde verse reflejados o esperar con una mirada esperanzadora a que llegue su in-yeon.

Para entender a Nora también hace falta entender de dónde viene. Corea y sus tradiciones son parte de la personalidad de ella. En la relación de Hae Sung, el protagonista masculino, y Nora se puede ver la diferencia. Él sigue anclado a unas costumbres y unas rutinas muy distintas a las de ella. Inevitablemente, la distancia y el cambio de cultura han construido dos mundos diferentes.
Mi madre, cuando vio Boyhood, la historia de una familia y sus vivencias a lo largo de 12 años, no le gustó mucho porque decía que no pasaba nada. Lo que pasa es la vida, y creo que es lo que acaba atrapando de las películas. Historias comunes de gente común a la que le pasan cosas reales. En esta todo ocurre de una manera sutil, quizá un poco lenta en la etapa universitaria pero, que encaja de categoría para dar paso a la edad adulta.
El guión
La construcción de los personajes es brillante. El paso del tiempo se ve claramente en su forma de ser, definidos a la perfección y evolucionan creando un arco casi perfecto. Cuando eran niños, inocentes y rotos por separarse, Nora se despide pensando que se mudaba para cumplir su sueño.
Hae Sung: Dijiste que te ibas de Corea para ganar el Premio Nobel. ¿Sigue siendo ese tu objetivo?
Nora: Hoy, preferiría el Premio Pulitzer.
Hae Sung: Todavía eres la niña de 12 años que recuerdo.
El tiempo pasa y ya en la universidad estos sueños cambian y se transforman para dar paso a la madurez. Como dicen mis amigas, se nota que son personajes escritos por una mujer. Por la delicadeza y sobre todo por la mirada. Celine hace un retrato de unos personajes que fácilmente podrías encontrarte en la vida real. Las emociones de cada uno de ellos se ven reflejadas en el paso del tiempo, desde la alegría del momento en el que se escriben por primera vez a distancia o los nervios cuando se reencuentran.

Incluso Arthur, el marido de Nora y el tercer protagonista, está bien escrito. En una película romántica tradicional sería el villano. No obstante, acabas empatizando con él. Un dato curioso del rodaje es que los dos protagonistas masculinos no se conocieron hasta el día que tuvieron que grabar la escena donde se encuentran por primera vez para darle más naturalidad a la actuación.
Las conversaciones son parte fundamental del filme. Al estilo del libro, Normal People de Sally Rooney, los personajes entablan conversaciones sobre la vida, el amor, el futuro y el pasado… Podría pecar de diálogos empalagosos y exagerados, pero está muy lejos de eso. Por ejemplo, la despedida de los niños, nerviosos y sin saber cómo decir adiós, o cuando Nora y su marido hablan en la cama. Una de las escenas más sobresalientes, llena de ternura y verdad.
Arthur: ¿Sabes que solo hablas coreano cuando hablas en sueños?
Nora: ¿De verdad?
Arthur: Sí. Sueñas en un idioma que apenas entiendo. Es como si hubiera un gran espacio dentro de ti al cual no puedo llegar.
El cuarto personaje es sin duda Nueva York, que ve crecer y formar la vida adulta de Nora. Además, acompaña a Nora y Hae Sung en sus largos paseos y reflexiones. La noria y los rascacielos se funden como telón de fondo junto a parejas que aparecen detrás. La imagen es muy delicada en toda la película y crea un aura cálida para el disfrute del espectador.

La película cierra la historia de una manera preciosa. El silencio de los últimos planos mientras los protagonistas caminan, mantiene la mirada expectante del espectador. Seguro que más de uno sale del cine con los ojos vidriosos. Otros esperarán ansiosos a que llegue su “In-yeon”. Y mientras otros, se replantearán todas las vidas que pudieron tener y no tuvieron, y todas las personas que conocieron, pero se quedaron en el pasado. Vidas pasadas es la historia de los y sí… pero sobre todo de la magia de las relaciones personales.
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